Entre 2003 y 2019 la cosecha nacional de cacao cayó de 50 mil toneladas a 28 mil 452 (43 %), lo cual representa menos del uno por ciento de la producción mundial, sostuvo Carlos Sandoval Miranda, especialista en evaluación rural y agrónomo de la Universidad nacional Autónoma de México.
Ante ello, pequeños y medianos productores de 24 comunidades de Tabasco y Chiapas, organizados a través de la Sociedad de producción Rural Productores y transformadores de Cacao Zoque, establecieron la marca la Chiapasteña.
En una superficie de 167 hectáreas, se estableció el cultivo de cacao almendra blanca, variedad que hace apenas 10 años estaba en peligro de extinción, indicó Sandoval. El proyecto comenzó en enero del 2012 en Tacotalpa.
Recordó que en Pichucalco, un municipio que gozó de ser uno de los territorios más importantes en cacao y ganado hace 70 años, figuraba como uno de los mejores cacaos en México, pero la falta de integración de verdaderas cadenas de valor en los últimos 50 años, hizo que se perdiera la tradición productiva, y con esto más de 14 mil hectáreas establecidas de cacao se transformaron en potreros, donde hoy solo se trabaja la ganadería extensiva, con bajos rendimientos.
El reto fue revertir la situación económica de los productores, cambiar de fondo y hacerles sentir que estaba en sus manos el ser un producto exitoso. El resultado tardó una década en llegar, hoy los granos de cacao de estas dos regiones están en mercados de otros países que reconocen su calidad, señaló.
Además de cacao se produce canela, pimienta y vainilla; también certificadas en producción orgánica por 2 años de forma consecutiva, explicó.
En 2018 se comenzó a trabajar para la transformación de cacao almendra blanca, fino de aroma, con lo cual se logró un valor agregado a la producción primaria de más de 2 veces el ingreso como materia prima; se abrieron nuevas y mejores fuentes de empleo para la gente.